lunes, 28 de marzo de 2016

Irene Villa

Irene Villa deja tiritando a Pablo Iglesias al recordarle uno a uno el nombre de los niños asesinados por ETA

EN UNA COLUMNA DE ‘LA RAZÓN’

“Que quien defiende lo indefendible esté entre quienes aspiran a gobernarnos, como mínimo, abruma”

Irene Villa le ha recordado a Pablo Iglesias la extensa lista de nombres de niños asesinados por ETA en una columna publicada en ‘La Razón’ que lleva por título ‘Abruma’.

Villa, que perdió las dos piernas precisamente en un atentado de la banda terrorista cuando tenía 13 años le ha recordado a los líderes que han justificado, de una manera u otra, a los titiriteros que ensalzaron a los etarras en una obra para niños, los nombres de todos y cada uno de los menores que fueron asesinados por ETA.
Aunque no le cita, hay una frase que va directamente a Iglesias:

Que haya quien defienda lo indefendible es de denunciar y rechazar, pero que ese alguien esté tan presente y protagonista entre quienes aspiran a gobernarnos, como mínimo, abruma. Para esos que ven libertad de expresión en hacer alabanzas a ETA, hay que recordarles la extensa lista de niños asesinados.
Añade Irene Villa en ‘La Razón’:

Pensé que nadie podría justificar aquello y que por fin se alzaría la voz al unísono frente a esos que defienden el odio, el enfrentamiento, el victimismo… y que llevan el resentimiento y las armas como bandera porque son antisistema, enfadados con el mundo, por lo que jamás tendrán la capacidad de ver el amor como un puente, principio y final de todo.
Tras nombrar uno a uno los nombres de los niños asesinados, finaliza así:

Por su memoria, y la de miles de hombres y mujeres asesinados por terroristas que algunos alaban con el beneplácito de quienes están en las instituciones, pedimos que jamás la exaltación del terrorismo sea comprendida y justificada como libertad de expresión. Porque lo siguiente será llevarlo a cabo.

  Artículo extraído de aldeaviral.com

jueves, 24 de marzo de 2016

Monasterio de Piedra


El monasterio de Piedra sito en Nuévalos (Zaragoza) es un monasterio español aragonés que fue fundado en 1194 por trece monjes cistercienses venidos del Monasterio de Poblet, en el antiguo castillo de Piedra Vieja y junto al río Piedra. Fue dedicado a Santa María la Blanca y se catalogó como Monumento Nacional el 16 de febrero de 1983.
El lugar en el que se ubica el inmueble fue declarado como Sitio Histórico el 28 de diciembre de 1945.
La construcción se desarrolló a lo largo de tres etapas:
La gótica primitiva (S.XIII)
La gótica renacentista (S.XVI)
La clásica-barroca (S.XVIII)
Al recinto amurallado se accedía por la Torre medieval del Homenaje y la iglesia, destruida en los primeros decenios de 1800, comunicaba con el claustro abierto de grandes arcos apuntados y sus capiteles con labrados follajes imitados del bizantino, así como con las distintas dependencias. También destaca la magnífica escalera principal que se despliega en dos anchos ramales sostenida toda por arcos y cobijada por una hermosa bóveda.
 El Parque Natural del Monasterio de Piedra fue creado por d. Juan Federico Muntadas.
El río Piedra forma, al pasar por las inmediaciones del monasterio, un paraje de gran belleza paisajística, con muchas cascadas de agua que se dividen en innumerables hilos de agua o chorreras, siendo la cascada de la Cola del Caballo, con más de 50 m., la de mayor altura e interés. Unos senderos debidamente señalizados conducen por todo el parque, a lo largo de unos 5 km, a todos los sitios de interés del mismo.
Estas cascadas están formadas por la disolución de las calizas y la posterior precipitación de las mismas la cual ocurre al disminuir el caudal, con lo que la caliza disuelta va depositándose en capas sucesivas por las que discurre el agua formando innumerables saltos. Se trata de un fenómeno kárstico originado por las ligeras fluctuaciones en el propio caudal del río.
El parque también cuenta con varias grutas, descubiertas por el fundador del parque. Allí también se encuentra el llamado Lago Espejo. Recientemente, se pueden presenciar en las inmediaciones del parque espectáculos con aves, entre las que se encuentran lechuzas, águilas, buitres, búhos y alimoches....
El Parque Natural del Monasterio de Piedra nos ofrece una de las experiencias más gratificantes que se puedan encontrar en el mundo, a través de un recorrido por un vergel insólito en torno al agua, sus cascadas y sus grutas. Tal  y como decía la acreditada revista inglesa Fraser’s Magazine, en un artículo publicado en el año 1871, es “una excursión a una de las curiosidades naturales más extraordinarias de Europa”

domingo, 20 de marzo de 2016

Amuleto

   Abrí la mano y contemplé aquella llave oxidada, era grande, como si perteneciera a la cerradura de algún viejo castillo medieval. La palma de mi mano estaba manchada por la herrumbre y el efecto del sudor. Estaba nerviosa.
   Introduje la llave en el ojo de la cerradura e intenté girarla. La moví a ambos lados, pero se resistía a abrir. El óxido en su interior hacía chirriar la cerradura. Al segundo intento la llave cedió hacia la izquierda, y la puerta se abrió.
   Dentro estaba todo oscuro, sentí una mezcla de miedo y deseos de explorar el interior de aquel lugar. Parecía abandonado, olía a cerrado, casi costaba respirar. El suelo estaba lleno de juguetes, puzzles viejos, restos de actividades pasadas, de vivencias, se diría que el tiempo se detuvo allí por algún motivo y todo quedó abandonado...
   Caminé con cuidado en la oscuridad con miedo a tropezar con algo, pero con seguridad, como si me conociera el sitio como la palma de mi mano. Al fondo ví una luz tenue que me hizo avanzar más deprisa. A medida que me acercaba, escuché una música que era cada vez más audible hasta que llegué a la luz, que resultó ser la rendija de una puerta entreabierta. Acerqué un ojo al tímido resplandor y miré hacia el otro lado. Ví el interior de una habitación, la cama estaba deshecha. Dentro, tras un libro, se adivinaba la silueta de una persona. Un gato dormía a sus pies hecho un ovillo. Observé la estancia con precaución de no hacer ruido. Casi sin respirar. Escuchaba latir mi corazón con temor, pensando que también podría escucharlo aquella persona. Y latía deprisa, descontrolado.
   El gato se despertó y tras desperezarse caminó por encima de las sábanas hasta llegar a la almohada. Entonces las manos que sujetaban el libro descendieron y pude ver el rostro de un muchacho joven que miró al minino con cariño dedicándole una sonrisa. El gato le devolvió el saludo a su manera, se colocó sobre su pecho y después de lamerle la mejilla con ahinco, le mordisqueó la oreja. Luego se quedó mirando fíjamente la puerta, y después de maullar, se tiró al suelo.
   Retiré el ojo de la puerta y retrocedí varios pasos. El gato me había descubierto y sólo se me ocurrió huir.
   Me alejé deprisa, volviendo la cabeza de vez en cuando por si el gato me seguía, afortunadamente no lo hizo, por lo que aminoré el paso y descansé. Me senté en una silla que estaba junto a una pequeña mesa, sobre ella había varios objetos que no podía apreciar bien en la oscuridad. Al tacto sentí que uno de ellos era una linterna, no podía ser verdad, pensé que las pilas estarían gastadas, era demasiada casualidad y demasiado bonito que aquella linterna estuviera allí, como esperando que la encontrara. Apreté el botón de encendido y un haz de luz iluminó los demás objetos de la mesa. Me llamó la atención una nariz roja, como de payaso. La tomé en mis manos y sentí una extraña sensación de paz. La nariz estaba cubierta de polvo, que al soplar me hizo estornudar. Cerré los ojos y sonreí, luego le saqué brillo con el codo. Tuve tentaciones de llevármela pero volví a dejarla sobre la mesa. También había un dibujo de un extraño animal, como una serpiente que se mordía la cola.
   Sentí que algo corría entre mis piernas, pensé en la serpiente y de un salto me puse sobre la silla. Vi pasar un perro caniche negro corriendo con una media en la boca,  al pasar bajo la silla, tiró una caja de la que salieron montones de pequeñas anillas, algunas estaban engarzadas, parecía una cota de malla, de aquellas que usaban en la Edad Media para protegerse. Volví a colocar las anillas en la caja y tomé la linterna.
   Continué por un pasillo, ahora más tranquila gracias a la luz que me hacía sentir más segura, si bien, cada vez se iba debilitando, por lo que pensé que debía darme la vuelta pronto. Enfoqué aquel pasillo que parecía no tener fin. Unos metros delante, en la pared vi algo, no se apreciaba bien qué era, me acerqué más y ví una huella de una mano en la pared, parecía estar hecha con sangre, era de un color rojo oscuro, aunque no parecía ser reciente. Sentí una presencia tras de mí, al mismo tiempo que la linterna cayó de mi mano al suelo, apagándose definitivamente. Y luego el filo, sentí el filo cortante de un cuchillo en mi garganta, junto a una respiración al lado de mi oído. Intenté correr, pero al moverme el cuchillo se hundía más en mi cuello. Noté la sangre caliente resbalar como un hilillo hacia mi pecho. No sé cuanto tiempo permanecí allí inmóvil, sin ni siquiera un mínimo de valor para defenderme, como resignada a morir. La presión del cuchillo cedió, y al sentirme libre de ella, caminé hacia delante despacio, sin mirar atrás, a la vez que me llevaba la mano al cuello y tocaba la sangre que poco a poco iba coagulando.
   Aturdida y desorientada en la oscuridad, llegué de nuevo a la habitación entreabierta, lo que me hizo, en cierto modo, tranquilizar. Al menos era el camino de salida. Volví a mirar por la rendija y esta vez la habitación parecía estar vacía. No ví al muchacho en la cama. Abrí un poco más la puerta. En una percha estaba colgado un traje de artes marciales. En una esquina estaba el escritorio, de un salto, el gato subió al teclado del ordenador, me tapé la boca para no reirme. El gato jugaba con un llavero mientras sonaba de fondo la música de Pablo Alborán, "Y tú, y tú, y solamente tú, haces que mi alma se despierte con tu luz..."
   Con la sonrisa aún en los labios, seguí retrocediendo buscando la salida. A pocos metros de la entrada, sentí cómo un fuerte temblor ascendía a lo largo de mi cuerpo, todo se movía, mis pies se enredaron en algo que parecía ser un colgante, lo recogí y corrí todo lo deprisa que pude mientras alrededor todo se derrumbaba. Llegué a la puerta sin aliento y tras traspasarla, todo se vino abajo. Solo había polvo y escombros.
   Entonces pude contemplar el colgante que seguía en mi mano, lo único que se salvó de ahí dentro. Era una hoja verde y maltrecha que alguien había perdido en aquel pasillo, y que ahora para mí era como un amuleto que me ayudó a salir con vida de aquel derrumbe, un talismán que jamás me quitaría de mi cuello.
   Aturdida, caminé sin rumbo y al volver la vista atrás, a lo lejos y entre las ruinas, ví una niña caminando entre las piedras. Levantó los ojos y me miró fijamente. La miré pero no pude aguantar aquella mirada, me dí la vuelta y seguí caminando sin volver la vista atrás.

viernes, 18 de marzo de 2016

Ezcaray


En la Rioja Alta se encuentra Ezcaray, considerado primer pueblo turístico de La Rioja. Esta preciosa villa sobre el Oja es el punto de inicio perfecto para recorrer el alto valle del río o hacer una ruta entre viñedos. Conocido por la cercana estación de esquí de Valdezcaray, única en toda la Comunidad Autónoma, este pueblo tiene un bello conjunto urbano con soportales, plazas porticadas y palacios y algunos edificios de gran importancia como la iglesia parroquial de Santa María la Mayor con un bellísimo retablo mayor hispano-flamenco del siglo XVI. A todo esto súmale la oferta gastronómica de esta localidad encabezada por el Echaurren, el mejor restaurante de La Rioja y unos de los más reconocidos de España.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Concierto de Aranjuez

Se cumple el 75 aniversario de esta obra excepcional del maestro Rodrigo.



lunes, 14 de marzo de 2016

Palacio de Olite


El Palacio de los Reyes de Navarra de Olite o Palacio Real o Castillo de Olite es una construcción de carácter cortesano y militar construido durantes los siglos XIII y XIV en la localidad de Olite. Fue una de las sedes de la Corte del Reino de Navarra a partir del reinado de Carlos III "El Noble".
 Fue Carlos III "El Noble" quien en el siglo XV comenzó la ampliación del anterior castillo, dando lugar al Palacio de los Reyes de Navarra.
 El conjunto formado por sus estancias, jardines y fosos, rodeados por las altas murallas y rematados por las numerosas torres, le confieren una espectacular y mágica silueta. En su época, llegó a ser considerado como uno de los más bellos de Europa. En él podremos diferenciar claramente dos recintos: el Palacio Viejo, convertido en Parador Nacional de Turismo, y el Palacio Nuevo. Tras la invasión de Navarra en 1512 por parte de la Corona de Castilla y la de Aragón unificadas, comenzó el deterioro del palacio, ya que sólo fue utilizado por los virreyes como residencia esporádica. El estado de abandono en el que quedó inmerso el palacio hizo que éste fuera deteriorándose progresivamente. Este proceso culminó con el incendio ordenado por el guerrillero Espoz y Mina durante la Guerra de la Independencia Española (1813), ante el temor de que en él se fortificaran las tropas francesas de Napoleón.
 El estado actual del edificio es fruto de una restauración tras convocatoria de un concurso en 1923 por parte de la Diputación Foral de Navarra que ganaron los arquitectos José y Javier Yárnoz y que se iniciaron en 1937. Todavía ésta no ha concluido ya que esta compleja labor trata de recuperar la estructura original del palacio.
 El castillo está inspirado en el estilo gótico francés, con algunas características catalano-mallorquinas e inglesas. Actualmente perviven restos de yeserías y estucados de inspiración mudéjar, obra, al parecer, de artesanos moros de la ribera de Navarra.
 El castillo de Olite fue elegido como la primera maravilla medieval de España, estando por delante de maravillas de la talla de Monasterio de Meira, Catedral de Santiago de Compostela, Alhambra de Granada, San Pedro de la Nave, San Millán de la Cogolla y Monasterio de Poblet.

sábado, 5 de marzo de 2016

San Sebastián


San Sebastián es una ciudad y municipio situado en el norte de España, en la costa del golfo de Vizcaya y a 20 kilómetros de la frontera con Francia. La ciudad es la capital de la provincia de Guipúzcoa, en la comunidad autónoma del País Vasco. 
Sus principales actividades económicas son el comercio y el turismo, constituyendo en el pasado uno de los más famosos destinos turísticos de España. Su paisaje, dominado por la bahía de La Concha, así como su desarrollo arquitectónico moderno iniciado en la segunda mitad del siglo XIX, que configuró una ciudad de corte francés y aburguesado, propiciaron el desarrollo de la actividad turística a escala europea. Todo ello, unido a eventos internacionales como el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, el Festival de Jazz de San Sebastián o el Festival de Cine de Terror, ha dado proyección exterior a la ciudad, a pesar de sus pequeñas dimensiones. San Sebastián es Capital Europea de la Cultura en 2016 junto con Breslavia.
Son de destacar sus montes, en la parte occidental, monte Igueldo, al que se puede acceder en funicular, el más antiguo de Euskadi, construído en 1912. En la cumbre se encuentra el Parque de Atracciones y en su parte central existe un torreón del siglo XVIII, cuya función inicial era la de faro. Ahora es un mirador desde donde se contempla toda la belleza de la ciudad.
   En el extremo opuesto está el monte Urgull.Es una montaña situada entre la Parte Vieja de San Sebastián y su Paseo Nuevo, junto al mar.
 En la parte alta está el Castillo de la Mota, con tres capillas, una de ellas dedicada al Cristo de la Mota. Una de estas capillas (de 16 metros de altura) sirve de peana a la emblemática imagen del Sagrado Corazón de Jesús, de 12,5 metros de altura.
   También cabe destacar la isla de Santa Clara.Es una isleta situada en el centro de la bahía de La Concha, de 5,6 hectáreas de superficie y que alcanza los 48 metros de altitud, siendo bastante escarpada debido a sus reducidas dimensiones. Posee un embarcadero y una pequeña playa que sólo aparece con las bajamares y que, sin embargo, cuenta con servicio de socorrismo, duchas e incluso un bar, debido al gran número de personas que en verano se acercan a esta isla.
   Personalmente, para mí San Sebastián es una de las ciudades más bonitas de España, es imposible plasmar en tan poco espacio tanta belleza. Ésto es una pequeña muestra, quizás de lo más conocido, pero hay muchas más cosas que descubrir entre sus calles.

martes, 1 de marzo de 2016

Cueva de Altamira


El Museo y Cueva de Altamira se encuentran situados a 2 km del núcleo urbano de Santillana del Mar, perteneciente a la comunidad autónoma de Cantabria en el norte de España.
La Cueva de Altamira fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985 y su techo de los polícromos ha recibido calificativos como la Capilla Sixtina del arte rupestre.
  Las pinturas tienen unos 14.000 años de antigüedad y son Patrimonio de la Humanidad.
La cueva es de trazado irregular y tiene unos 270 metros de longitud. Consta de un vestíbulo, una galería y la sala lateral. Contienen unas de las mejores muestras del arte rupestre prehistórico. Los dibujos tienen unos 14.000 años de antigüedad y representan bisontes, ciervos, jabalíes, caballos... Están realizadas con pinturas ocres naturales de color rojo y contorneadas en negro. Para asegurar su conservación, se ha reproducido de manera minuciosa su estructura y pinturas en la Neocueva del Museo de Altamira, empleando los mismos procedimientos pictóricos. Así, el visitante podrá admirar con detalle el gran techo de los bisontes polícromos y visitar el taller de estos pintores, donde se explican las técnicas empleadas en esta obra maestra del arte rupestre.
El 26 de marzo de 2015 el Patronato del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira decidió mantener el régimen de acceso controlado y limitado a la cueva de Altamira que se inició en el marco del Programa de investigación para la conservación preventiva y accesibilidad. Este régimen consiste en una visita a la semana para cinco personas, de 37 minutos de duración, bajo un estricto protocolo de indumentaria e iluminación, y con un recorrido y tiempos de permanencia definidos para cada zona de la cueva.
En la misma reunión, el Patronato decidió que la gestión de estas visitas siga el procedimiento de selección aleatoria de los cinco participantes entre las personas que se encuentren visitando el museo el día de la visita, a quienes se les facilita el boletín de solicitud así como las condiciones de visita que han de ser aceptadas, al adquirir su entrada.
Actualmente la visita se realiza todos los viernes. 

Lagos de Covadonga


El Parque Nacional de los Picos de Europa es el primero de los Parques Nacionales. Fué declarado en el año 1918 con el nombre de la montaña de Covadonga, un espacio natural protegido.
El acceso se hace a partir de Soto de Cangas, desde la carretera que une Cangas de Onís con Arenas de Cabrales.
A 6 Kilómetros está el Santuario. A la entrada veremos la Santa Cueva, lugar donde se apareció la patrona de Asturias a ayudar al Rey Pelayo a expulsar a los musulmanes.
Para llegar a los lagos de Covadonga aún deberemos subir 12 Kilómetros màs por una carretera serpenteante pero buena.
El paisaje y una vegetación exhuberante rodea todo el entorno creando uno de los lugares más bellos de todo Asturias.
El conjunto de los Lagos de Covadonga está formado por dos pequeños lagos, el Enol y el Ercina, de origen glaciar, situados en la parte asturiana del Parque Nacional de los Picos de Europa, en el macizo occidental de dicha cadena montañosa.
Existe un tercer lago, el Bricial, que sólo tiene agua durante el deshielo, pero también pertenece al conjunto.