jueves, 23 de abril de 2015

Book Tag. Un libro y una flor.

   En Cataluña hay una costumbre el 23 de Abril, día del libro y de San Jordi, y es regalar un libro y una flor. Ésto me dió la idea para hacer un Book Tag diferente. Elegí siete libros que hicieran referencia a las flores, en el título o en su interior.
  El primero es "La rosa de Alejandría", de Manuel Vázquez Montalbán.
           Pertenece a la serie Carvalho. Una de las novelas sobre el detective Pepe Carvalho.




   El segundo es "Campos de Castilla", de Antonio Machado. Libro de poemas.
          



          Campos de Soria.
   "Es la tierra de Soria árida y fría.
Por las colinas y las sierras calvas,
verdes pradillos, cerros cenicientos,
la primavera pasa
dejando entre las hierbas olorosas
sus diminutas margaritas blancas".

   El tercero es "El coleccionista", de John Fowles.
      


   "Ya sé que no debería, pero me gusta cuando viene a la hora del almuerzo, de vuelta de donde ha ido. Siempre trae paquetes. Es como vivir en un perpetuo día de cumpleaños o Reyes, sin siquiera tener que dar las gracias a los bíblicos monarcas. Algunas veces me trae hasta cosas que no le he pedido. Siempre trae flores, y eso es hermoso. Bombones, pero resulta que él come muchos más que yo. Y no deja de preguntarme a cada momento qué me gustaría que me comprara".

   El cuarto es "Mefisto", de Klaus Mann.




             ..."Y acompañaba las canciones y los saltitos con todo tipo de gestos, cosa que tampoco se ve todos los días. Ahora jugaba a pelota con un ramillete de violetas que había encontrado en el ojal de su abrigo".
  
   El quinto es "Siddharta", de Hermann Hesse.
                "El mundo era bello, si se lo contemplaba con la sencillez de un niño. Hermosas eran la luna y las estrellas, el riachuelo y la orilla, el bosque y la roca, la oveja y el cárabo dorado, la flor y la mariposa".





   El sexto es "¡Viven!", de Piers Paul Read. Basado en un hecho real, narra  la supervivencia en su grado extremo.




           "En la otra orilla esperaron a Serda y su caballo, y cuando se reunieron de nuevo, volvieron a subir a Canessa a la montura y continuaron bajando por el valle. Allí, en una pradera, llegaron a la primera residencia humana que habían visto desde el accidente. Era una casa modesta que construían cada primavera, con paredes de madera y cañas y el techo de ramas de árboles, pero ningún palacio les hubiera parecido más elegante. Canessa desmontó y se quedó junto a Parrado, mareado por el olor de rosas silvestres que crecían en el rudimentario pórtico".


    El séptimo, aunque no lo tengo, es "Las flores del mal", de Charles Beaudelaire. Se lo dedico a Pao, que sé que le gusta :)
     



   Libro de poemas, considerado su obra máxima.
   Y hasta aquí mi book tag, hay muchos más libros que podía haber incluído, recuerdo haber leído "No encontré rosas para mi madre", de José Antonio García Blázquez, pero no lo tengo..., en fín, son libros antiguos, pero yo creo que los libros no tienen edad, siempre  están vigentes. La idea de las flores me la dió el "desafío literigatos", que consiste en encontrar gatitos en obras literarias. Yo lo adapté, o lo adopté jeje.
   Espero os haya gustado. ¡Saludos!.

jueves, 2 de abril de 2015

Decir Amigo




   Decir amigo
se me figura
que, decir amigo
es decir ternura.
   Dios y mi canto
saben a quien
nombro tanto.

miércoles, 1 de abril de 2015

Mi anillo.

   Tengo un anillo con tres minúsculos corazones, me lo regaló mi marido por San Valentín hace más de diez años. Es el único que llevo en mis manos. No me lo suelo quitar nunca. Ayer, noté que tenía la mano hinchada, seguramente por el calor. Me apretaba el anillo, me costó quitármelo, pero pude hacerlo.
   Esta mañana me dí cuenta que no llevaba el anillo. Tengo la costumbre de agarrarlo y girarlo alrededor de mi dedo..., pero el anillo no estaba allí. Y yo no recordaba donde lo había dejado, solo que me lo quité. Estos olvidos míos me hacen preocupar y pensar si no tendré principios de Alzheimer.
   Moví el sofá, miré por todos los rincones, barrí el suelo..., quizás ayer barri y sin querer fué a la basura. Me puse unos guantes de goma y saqué toda la basura de la bolsa, miré minuciosamente entre papeles y desperdicios, y no vi nada. Estaba desesperada. No podía concentrarme en otra cosa. La vista siempre al suelo, por si aparecía por algún rincón.
   Fuí a la habitación para hacer la cama, y al tirar del edredón ví algo brillante, ¡¡mi anillo!!. Me lo puse de inmediato y no creo que me lo quite más. 
   Hay cosas que tenemos y no apreciamos su valor, solo cuando creemos que las perdemos, nos damos cuenta de lo que nos importan. Cosas pequeñas, y grandes cosas..., así como personas cercanas o lejanas, que están ahí, que nos acostumbramos a que estén y que hay que mimar, porque también las podemos perder.